Después de que unas largas pero aun así cortas vacaciones de primavera habían llegado a su fin, el día de la ceremonia de ingreso finalmente había llegado. Nos fuimos de nuestra antigua y familiar aula de primer año y nos mudamos a una nueva para nuestro segundo año. A primera vista, los escritorios y las sillas parecían ser las mismas, pero por alguna razón, el aula daba una sensación diferente. Lo primero que nos esperaba al llegar a esta nueva aula era un mensaje que se mostraba en el pizarrón.

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[Siéntense en el mismo lugar en el que solían estar el año pasado y esperen por más instrucciones.]

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El año pasado, el pizarrón era uno en el que los profesores escribían con tiza.

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Sin embargo, el pizarrón que estaba ante mis ojos era un pizarrón, y al mismo tiempo no lo era.

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En pocas palabras, había sido reemplazado por un gran monitor.

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Probablemente la escuela había decido instalarlo este año, a juzgar por el hecho de que brillaba con un resplandor que hacía parecer que apenas había sido sacado de la caja.

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Los estudiantes que llegaron al aula después de mí también parecían estar bastante sorprendidos después de ver el monitor. De todas formas, me dirigí al mismo lugar que tenía el año pasado, el asiento pegado a la ventana justo al fondo del aula y tomé asiento como se nos indicó.

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Más tarde, después de esto, la ceremonia de apertura se llevaría a cabo en el gimnasio.

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Después de eso, los profesores pasarían las siguientes dos horas informándonos acerca del programa de este año y otros detalles importantes antes de terminar la clase en algún momento antes del mediodía.

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Los estudiantes aún parecían estar un poco fuera de sí ya que las vacaciones de primavera acababan de terminar. Los amigos que no se habían reunido durante las vacaciones comenzaron a hablar entusiasmadamente sobre todo tipo de cosas, como qué habían hecho durante las vacaciones. 

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"Hola."

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Estaba tranquilamente navegando por internet en mi celular cuando escuché una voz llamándome.

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Era mi compañeros de clase, Miyake Akito, miembro de un pequeño grupo con quienes me había hecho gran amigo.

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"He estado un poco preocupado por ti ya que realmente no pasaste mucho tiempo con el grupo durante las vacaciones de primavera."

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Lo que Akito dijo era verdad. No había interactuado con el Grupo Ayanokouji durante las vacaciones casi en lo absoluto.

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O mejor dicho, había estado tan ocupado con otros asuntos que terminé descuidándolos.

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"No me malinterpretes, no hay ninguna regla que estipule que tienes que pasar tiempo con nosotros, pero incluso Haruka estaba algo preocupada, y encima de eso, Airi realmente parecía estar pensando bastante en ti."

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Esencialmente, Akito me estaba aconsejando que tuviera en cuenta los sentimientos de las chicas de nuestro grupo.

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"Mi error. Pasaré más tiempo con ustedes más a menudo de ahora en adelante."

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"Eso suena bien para mí. Yo también me sentía bastante solitario sin ti, tú sabes."

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Que un amigo me dijera algo como eso me hizo sentir un poco incómodo, pero esa no era necesariamente una mala sensación.

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No parecía que Akito planease quedarse allí por mucho tiempo, ya que casualmente levantó su mano y regresó a su asiento.

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Mientras lo hacía, me puse a pensar en cómo había encontrado un verdadero buen amigo.

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Después de todo, se había esforzado para darme un buen consejo como ese.

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Una vez que regresó a su asiento, ya no tenía ganas de jugar en mi teléfono, así que decidí escuchar lo que algunos de mis compañeros de clases estaban hablando.

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El tema había cambiado de lo que habían hecho durante las vacaciones hacia los estudiantes de nuevo ingreso.

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Mañana sería la ceremonia de ingreso de la escuela, en la cual los próximos estudiantes de primer año entrarían a la escuela.

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El año pasado, nuestra clase dio por sentado el buen trato de la escuela y la alfombra en la que estábamos de pie nos fue arrebatada poco después de haber ingresado, pero esa fue una consecuencia natural por nuestras acciones de aquel entonces.

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Se nos otorgaron 1000 pc la primera vez que entramos aquí. En otras palabras, se nos había otorgado el equivalente a 100,000 yenes mensuales. El espíritu se elevaba a medida que los estudiantes quemaban sus puntos, imprudentemente comprando cualquier cosa que deseaban bajo la impresión de que recibirían la misma cantidad de puntos al inicio de cada mes. Mientras tanto, llegar tarde o ni siquiera presentarse a clases fue ocurriendo cada vez con más frecuencia, y un buen número de estudiantes cayeron en el hábito de hablar con sus amigos o dormitar durante clases.

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Por otra parte, los estudiantes aplicados estaban tan enfocados en sí mismos que no ponían atención al comportamiento de aquellos a su alrededor.

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Probablemente estos estudiantes aplicados tenían varias razones para no hablar sobre ello, pero probablemente la razón principal era el hecho de que la escuela permitía a los chicos problemáticos hacer lo que quisieran. Después de todo, si los profesores no hacían nada al respecto, ¿por qué ellos tendrían que hacerlo?

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Sin embargo, se podría decir que todo eso no fue nada más que el primer ‘examen especial’ que la escuela nos tenía preparado.

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La escuela estaba comprobando si nos daríamos cuenta o no de que esto era diferente de la educación obligatoria que tuvimos durante la primaria y secundaria.

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Ponernos a prueba como estudiantes de preparatoria, intentando averiguar si seríamos capaces de hacer lo que debíamos hacer sin que nos lo dijeran.

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Y nuestra excelente Clase D recibió la evaluación más baja posible que el examen especial pudiera habernos dado.

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El mes siguiente, el primero de mayo, nuestros puntos de clase cayeron a cero, haciendo que nuestra asignación mensual de puntos privados también cayera en picada hacia un maravilloso cero.

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Por el resto del año, la Clase D pasó por una prueba tras otra, pero después de haber caído al abismo una vez, lentamente nuestra clase comenzó a recomponerse, madurando y creciendo juntos en el proceso. En cierto punto, inclusive logramos ascender a la Clase C, pero después de los resultados del examen de fin de año, desafortunadamente volvimos a caer a la Clase D. Con eso dicho, aun así logramos recuperar un total de 275 puntos de clase durante el transcurso del año. Aún hay una enorme brecha entre nuestra clase y la Clase A, pero para llegar a la cima, todo se reduce a cuánto podremos cerrar esa brecha en el transcurso del próximo año.

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“Buenos días~”

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La alegre voz de una chica llenó el aula. Inmediatamente después de eso, las estudiantes que ya estaban en el aula respondieron una tras otra, reuniéndose alrededor de la chica en cuestión. Era Karuizawa Kei, la figura central de las chicas de la Clase D. El número de chicas que se reunía a su alrededor siguió aumentando, y así como así, comenzaron a hablar acerca de las mismas cosas que hace no mucho habían hablado entre ellas.

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Fue apenas aquel otro día en el que comencé a salir con Kei.

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Y hasta ahora, la única persona que sabía sobre ello era la misma Kei.

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Mientras pensaba acerca de lo que sucedió mientras las escuchaba hablar, una sorprendida voz más parecida a un grito se extendió por toda el aula. Volteé para ver qué estaba pasando e inmediatamente pude ver lo que había causado la conmoción.

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Se podría decir que era una reacción comprensible después de ver la apariencia de la chica que recién había entrado en silencio al aula.

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Sin percatarse de la atención que estaba atrayendo, la estudiante simplemente se dirigió a su asiento. El cual es, el asiento justo al lado del mío.

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Su una vez largo y hermoso cabello ahora era corto, ni siquiera le llegaba a los hombros.

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Ella eligió cortarlo después de haberse reconciliado con Horikita Manabu, su hermano mayor, y así despedirse de su antiguo yo.

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Personalmente no estaba sorprendido porque ya sabía sobre ello de antemano, pero si esta fuese la primera vez que la veía, probablemente hubiera reaccionado de la misma manera que las personas a su alrededor.

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“¿S-Suzune…? ¡¿Qué… qué le pasó a tu cabello?!”

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La persona que gritó aquello no fue otro que Sudou Ken, un estudiante que estaba enamorado de Horikita.

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Se había apartado de la conversación que estaba teniendo con uno de sus amigos y corrió hacia nosotros.

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Estaba acompañado por otra persona, una chica que también parecía estar desconcertada por el repentino cambio de apariencia de Horikita.

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“Horikita-san, ese es… un cambio de imagen bastante drástico. Estoy sorprendida.”

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Dicha chica era Kushida Kikyou, una de nuestras compañeras de clase quien también había asistido a la misma secundaria que Horikita.

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