“Por cierto,… ¿La reunión es a las 9, verdad? ¿No estamos yendo demasiado temprano?”

​

Aún quedaba poco más de media hora hasta la hora acordada.

​

“Está bien. Quiero llegar allá temprano.”

​

Sudou no podía entender del todo bien el razonamiento de Horikita, pero mantuvo la boca cerrada y siguió caminando.

​

Tal vez Horikita quería estar atenta por si hubiese alguna clase de juego sucio, o tal vez sólo quería algo de tiempo para tranquilizarse.

​

De todas formas, Sudou sólo pensaba en nuestros oponentes como estudiantes de primer año, mientras que Horikita no parecía bajar la guardia en lo más mínimo.

​

Incluso podría parecer que estaba siendo excesivamente cautelosa, pero debido a que nuestro oponente era Housen, no había tal cosa como ser demasiado cauteloso.

​

Después de recibir un pedazo de papel con el número de la sala y el recibo por parte de un empleado, nos dirigimos a nuestra sala de Karaoke designada.

​

“¿Podrías hacerle saber a Nanase que ya estamos aquí por mí?”

​

“De acuerdo.”

​

Le envié un mensaje a Nanase, diciéndole que ya habíamos llegado, junto con el número de nuestra sala.

​

Me respondió poco después, diciendo que ellos deberían estar aquí para la hora acordada.

​

“Entonces vayamos a ordenar nuestras propias bebidas primero.”

​

“¿No deberíamos esperarlos?”

​

“Está bien.”

​

Después de que escogimos una bebida del menú de bebidas, Horikita dirigió nuestra atención al menú de comida.

​

“Pueden ordenar algo si quieren. ¿Qué les gustaría?”

​

“Entonces yo quiero una papas a la francesa. ¿Eso está bien?”

​

“Eso está bien para mí.”

​

Con eso, Horikita se dirigió al teléfono fijo que cada sala del Karaoke tenía instalado y realizó el pedido.

​

Sintiéndose algo aliviado por el hecho de que la comida estaba en camino, Sudou se levantó y cogió un micrófono de la mesa nerviosamente.

​

“Ehm, bueno, tenemos algo de tiempo libre y todo así qué, ¿qué tal si cantamos una o dos canciones? ¿Eh Suzune?”

​

“No me interesa.”

​

¿No te interesa?”

​

Horikita hizo que los tres llegáramos temprano, y después nos pidió que ordenáramos comida y bebidas.

​

Para Sudou, probablemente cantar un par de canciones se sentía como el siguiente paso más lógico, y si hubiera sido alguien más, probablemente habría aceptado.

​

El sentimiento de decepción estaba escrito por todo su rostro, probablemente porque quería escuchar la voz de Horikita cantando.

​

“Sudou-kun. Sólo para recordártelo de nuevo, absolutamente no digas nada innecesario, ¿de acuerdo?”

​

“E-entiendo, pero como que, ¿no deberías decirle eso a Ayanokouji también?”

​

“Él no es del tipo de persona que habla cuando no es necesario. Más bien, ni siquiera lo hace cuando debería hacerlo.”

​

En lugar de elogiarme, Horikita aprovechó esta oportunidad para ventilar sus quejas.

​

Sudou frunció el labio, aparentemente disgustado por la respuesta de Horikita.

​

Después de un rato, cuando la hora acordada llegó, Nanase apareció en la entrada de la sala.

​

“Perdónennos por hacerlos esperar.”

​

“Apártate del camino Nanase.”

​

Una voz sonó detrás de ella, forzándola a dar un paso hacia adelante mientras Kazuomi Housen finalmente hacia su aparición.

​

“Así que llegaste a tiempo. Estaba casi segura de que llegarías tarde.”

​

Horikita estaba diciendo que no le hubiese sorprendido que Housen hubiese llegado tarde a propósito sólo para molestarla, muy parecido a como cuando Miyamoto Musashi[1] había llegado tarde para su duelo contra Sasaki Kojirou en Ganryuujima.

​

“Soy un chico puntual cuando quiero serlo. No me gustan los bastardos que intentan dificultar la mierda sólo porque uno llegó un poco tarde. Dejando eso de lado, parece que ustedes llegaron bastante temprano, ¿Realmente estaban así de asustados de hacerme esperar? No sean tan mariquitas.”

​

“Vaya interpretación más egoísta. Sólo estábamos aprovechando esta rara oportunidad de divertirnos.”

​

Con eso, Horikita le hizo un gesto a Housen para que le diera un vistazo al estado de la sala.

​

Sobre la mesa, había varias bebidas, algunas vacías, junto con algunos platos con comida a medio comer.

​

Todo había sido preparado para hacerlo ver como que habíamos estado disfrutando de una sesión de Karaoke momentos antes de que llegaran.

​

“Eso parece.”

​

Aunque informalmente, la batalla entre ellos dos ya había comenzado.

​

“Bueno como sea. Descubriremos si estás mintiendo o no lo suficientemente pronto."

​

Housen se acomodó en uno de los sofás y extendió sus piernas, abarcando el espacio de aproximadamente tres personas para él solo.

​

Se sentó de una manera que uno esperaría de un bigshot[2], haciendo difícil imaginar que el hombre frente a nosotros en realidad era un estudiante de primer año.

​

“¿Y? Por lo que Nanase me contó, parece que ustedes quieren que mi clase los ayude.”

​

Por lo que parece, Housen parecía pensar que la Clase 1-D ya estaba completamente bajo su control, que era de su propiedad.

​

Solamente habían pasado dos semanas desde que ingresó a esta escuela, y aun así habló sin el más mínimo indicio de incertidumbre en su voz.

​

“Es ligeramente diferente de eso. Estamos buscando que nuestras clases colaboren entre sí. No habría diferencia de estatus entre nosotros, una relación equitativa por así decirlo.”

​

“¿Oh, en serio? ¿Así que no sacarán a relucir el hecho de que son un grado mayores que nosotros, eh? No dejar que su antigüedad se les suba a la cabeza. Un movimiento inteligente.”

​

Mientras Housen hablaba, Nanase observaba en silencio sin expresar sus pensamientos en el asunto.

​

Ya que había asumido el papel de mediador y de que ella era la única persona que Housen había traído consigo, probablemente era seguro asumir que Nanase era alguien a quien Housen reconocía.

​

Me preguntaba si Housen estaba impresionado por su valiente habilidad de declarar que ella no cedería ante sus amenazas de violencia o si había algo diferente por completo. De todas formas, aun había una manera de force her hand[3] y atraer a Nanase de nuestro lado.

​

“Sé perfectamente que a cierto número de estudiantes de primer año no le interesa que sus compañeros de clase estén en problemas. Sin embargo, si nos das un vistazo, a nuestra clase, estoy segura de que entenderás que tarde o temprano llegará el momento en el que necesitarás el apoyo de tus compañeros.”

​

“¿Entonces, estás diciendo que deberíamos trabajar juntos y evitar que nadie repruebe? ¿Es eso?”

​

“Si realmente posees tanta autoridad sobre tu clase que has llegado a ver a tus compañeros de clase como si fuesen de tu propiedad, entonces eso sólo hace que todo este proceso sea mucho más conveniente. Sólo debería bastar una orden tuya y tendrías a la mayoría de tus compañeros listos para acatarla, ¿verdad?”

​

En lugar de responder, Housen enterró su meñique izquierdo dentro de su oreja y comenzó a girarlo por un rato.

​

Y luego, una vez que terminó, lo levantó en el aire y sopló en dirección de Horikita.

​

La expresión de Sudou se endureció inmediatamente, pero se mantuvo en línea con la advertencia de Horikita y dio su mejor esfuerzo para soportarlo.

​

Sus puños apretados temblaban, presionados contra sus muslos.

​

Sin embargo, Horikita simplemente aceptó la conducta descaradamente vulgar de Housen de frente.

​

“¿Podrías parar?”

​

“En primer lugar…”

​

No estaba claro si Housen había ignorado por completo la pregunta de Horikita o no, ya que comenzó a hablar con lo que parecía un tema diferente en mente.

​

“¿Eres la líder de la Clase 2-D, sí?”

​

Finalmente se centró en el asunto, verificando que Horikita fuera alguien con quien valiera la pena hablar.

​

“Se podría decir que sí.”

​

“No creo que haya nada fuera de lugar con que Horikita-senpai sea la líder, debido a sus habilidades.”

​

Por primera vez desde que habían llegado, Nanase abrió la boca y se dirigió a Housen.

​

“Entonces, le daré a la ‘líder’ aquí presente una advertencia. No tengo intención alguna de cooperar con esta mierda retrasada de ‘igualdad’ que proponen.”

​

Después de todo, no parecía que nos fuera a poner las cosas fáciles.

​

Era inevitable que habría cierto tipo de contraste entre nosotros, quienes queríamos proteger a nuestros compañeros a cualquier costo, y Housen, a quien particularmente no le interesaban los suyos.

​

Sin mencionar que, entre la expulsión y tres meses sin puntos privados, había una diferencia bastante amplia respecto a nuestras penalizaciones en caso de reprobar el examen.

​

“¿Eso está bien? Bueno, supongo que esa es la clase de persona que eres.”

​

“Si tanto lo sabes, ¿entonces por qué no dejas de ser tan jodidamente tacaña? Soy todo oídos."

​

“¿Todo oídos?  ¿Qué estás esperando? ¿Realmente piensas que te pagaremos con tal de que nos ayudes?

​

A pesar del hecho de que estábamos en una posición menos que favorable, Horikita no retrocedió, negándose a conceder un solo centímetro.

​

“Pagarán. Estoy seguro de que lo harán. No hay una mierda que puedan hacer sin desembolsar puntos privados llegados a este punto. Nanase. Agua.”

​

Housen vociferó sus demandas a Nanase mientras hojeaba[4] el menú del Karaoke.

​

Ante aquello, Nanase asintió y realizó el pedido de un vaso de agua por el teléfono.

​

“Sé que estoy repitiéndome a mí misma, pero nuestra propuesta está basada en la igualdad. No tiene nada que ver con que les otorguemos puntos privados, bienes, o cualquier otra forma de compensación.”

​

“Si vas a seguir escupiendo esa mierda, entonces supongo que no tengo que quedarme a esperar a que llegue mi agua.”

​

No hubo ni una pizca de vacilación en su rostro mientras comenzaba a pretender sacudirse un inexistente polvo de sus muslos, implicando que pronto se levantaría y se iría.

​

“Por favor espera un momento, Housen-kun. Considero que deberías esperar a que Horikita-senpai termine primero.”

​

Nanase, quien había estado escuchando en silencio a su lado, lo instó a detenerse.

​

“¿Dejarla terminar? Esa mierda no es necesaria.”

​

“No, sí lo es. Si continuamos a como están las cosas ahora, nuestra clase nunca podrá unificarse.”

​

Horikita estoicamente observaba mientras los dos estudiantes de primer año conversaban entre sí.

​

“¿Y a quién mierda le importa? La basura desobediente debe dejarse pudrir. No es gran problema si perdemos a unos cuantos don nadie.”

​

“Eso no está bien.”

​

“Nanase, ¿eres idiota?”

​

Housen exhaló fuertemente, aparentemente más por exasperación que por enfado.

​

“No obtengo nada al aceptar sus condiciones como si fuera una perrita. ¿Qué gano yo con eso?”

​

“Entiendo lo que estás diciendo, Housen-kun, realmente lo entiendo. Ciertamente es verdad que Horikita-senpai y los otros estudiantes de segundo año están más desesperados por proteger a sus compañeros de clase que nosotros. De hecho, inclusive existe una razón por la que no tienen más opción que protegerlos. Si no les tendemos la mano, sus compañeros de clase correrán el riesgo de ser expulsados. Incluso si están pretendiendo ser duros en este momento, en algún punto tendrán que ceder, y eso es exactamente lo que estás esperando, ¿no es así?”

​

Basándose en sus palabras, parecía que Nanase había elegido hablar porque sabía exactamente lo que Housen estaba intentando hacer.

​

“No creo que haya algo necesariamente malo con tu estrategia, Housen-kun. Mientras las demás clases estaban luchando por encontrar compañeros, tú te mantuviste firme, saltándote intencionalmente las primeras etapas de las negociaciones entre clases. Todo hecho con el fin de asegurarte la ventaja en un futuro.”

​

A medida que la fecha límite se acercaba cada vez más, los estudiantes de segundo año restantes que no habían conseguido pareja comenzarían a sentirse más y más impacientes.

​

Y como resultado, incluso los estudiantes en los que originalmente no valía la pena gastar repentinamente se encontrarían buscándose una tarifa decente a sí mismos.

​

“Ya que lo tienes tan claro, ¿qué tal si intentas decirme por qué debería throw a bone[5] a esta chica Horikita?”

​

“Una relación de confianza mutua.”

​

Nanase se giró y miró a Horikita por un momento, a lo cual Horikita asintió en respuesta.

​

“No me hagas reír. ¿Confianza mutua? Esa es una mierda buena para nada. Jodidamente inútil.”

​

“¿Estás seguro de ello?”

​

Nanase confrontó a Housen, desafiándolo mientras procedía a hablar nuevamente.

​

“Es verdad que puede que no haya mucho que podamos perder en este examen especial. Sin embargo, podría no ser lo mismo para futuros exámenes, ¿verdad? Si terminas enemistándote de todos los estudiantes de segundo año ahora, entonces es posible que seas tú quien no pueda encontrar un compañero en un futuro, independientemente de cuántos puntos ofrezcas. Si bien te parecería bien solamente tener que lidiar con la penalización del 5%, ¿qué crees que pasaría si la persona con la que acabaste emparejándote intencionalmente reprueba el examen? No podrías evitar ser expulsado. Eso es…”

​

“¡Ja! ¿Realmente crees que algún bastardo tendría las pelotas como para sacrificarse a sí mismo de esa forma?”

​

“Te hago saber que he escuchado que esta escuela tiene algo que se le conoce como puntos de protección.”

​

Con eso, Nanase apartó la mirada de Housen y miró fijamente a Horikita por primera vez.

​

Puntos de protección. La cosa que le mencioné al final de nuestra conversación del viernes en la biblioteca.

​

Aunque Horikita estaba ligeramente sorprendida de escuchar que Nanase los había mencionado, inmediatamente comprendió lo que Nanase estaba pensando y asintió con la cabeza.

​

“Nanase-san tiene razón. Son un tipo de punto especial que pueden cancelar la penalización de expulsión.”

​

Por la mirada en el rostro de Housen, no había duda de que esta también era la primera vez que escuchaba hablar de ellos.

​

“Es entendible que nunca hayas escuchado hablar de ellos antes, debido a que apenas ingresaste a esta escuela. Es por eso que deberías mantenerlos en mente. Si llegase a haber alguna clase de examen similar a este en un futuro, si la persona con la que te emparejaste posee un punto de protección, entonces… bueno, dependiendo de tu situación, podrías terminar siendo expulsado por la fuerza.”

​

Si eras de los que se enemistaban con todo mundo, mientras más enemigos hicieras, eras más propenso a recibir el extremo más corto del palo.

​

De ello se deduce que, cuanto alguien más odiara a Housen, más probable sería que utilizara cualquier medio necesario para que le expulsaran.

​

“Es por eso que es importante empezar a crear relaciones de confianza con los demás, ¿no crees?”

​

“Ya veo. Así que ustedes dos, retrasadas, tenían unos cuantos trucos estúpidos bajo la manga para intentar negociar conmigo, ¿eh?”

​

“Soy una estudiante de primer año, por lo que naturalmente mi prioridad principal es la Clase 1-D. Además, Housen-kun, considero que tú eres vital para el beneficio de nuestra clase, así que no quiero que cometas el error de actuar a ciegas.”

​

Horikita se había esforzado por comprender a Housen antes de centrarse en Nanase.

​

Había logrado hacer que Nanase cooperase con ella, y juntas, dieron el golpe final.

​

La marea había comenzado a cambiar muy ligeramente.

​

Todo lo que restaba era esperar y ver si Housen aceptaría nuestra propuesta una vez que hubiese comprendido todo por completo.

​

Para ver si aun así pediría alguna clase de compensación, determinado a confrontar las desventajas que vendrían más adelante.

​

“Entiendo que las dos se tomaron la molestia de preparar todo esto, pero— no voy a cooperar en términos iguales.”

​

Horikita y Nanase habían hecho el esfuerzo de preparar las bases para que él aceptara.

​

Y aun así, Housen las rechazó sin siquiera haber fingido pensar al respecto.

​

“Oye Housen. ¿En serio estás preparado para enemistarte con nosotros los de segun—“

​

El temperamento de Sudou comenzó a arder, pero Horikita lo retuvo antes de que pudiese terminar.

​

“Detente. Aún no ha abandonado la mesa de negociaciones.”

​

“La chica tiene razón. No saques conclusiones apresuradas.”

​

Housen seguía encorvado en el sofá, sin mostrar señales de retirarse prontamente, su actitud tan optimista y arrogante como siempre.

​

“¿Entonces qué sigue? No tenemos intención de formar una relación desigual.”

​

“Mierda que no. Ya has dejado eso jodidamente claro. Tienes agallas, lo reconozco."

​

Lentamente aplaudió con sus manos, aparentemente elogiando a Horikita por su arduo esfuerzo.

​

“Con eso dicho, esta mierda de idea de relación suya ni siquiera es ‘equitativa’ en primer lugar.”

​

“Entonces, ¿estás diciendo que si podemos probar que nuestra oferta es equitativa, cooperarás con nosotros?”

​

“Eh, se podría decir que sí.”

​

“Bueno, ahora estoy confundida. ¿Por qué no crees que sea equitativa? Ambas clases estarían bajo las mismas condiciones.”

​

“Tienes algo de valor para intentar fastidiar con esta mierda de relación equitativa, pero esa mierda tiene que ir en ambos sentidos. Y eso no es suficiente para mí, tampoco. Es muy generoso de su parte que nos digan cómo podríamos terminar en una situación similar en algún punto. Me trae jodidas lágrimas a los ojos. Pero es solamente ustedes hablando mierda, nada que puedan decir con certeza, ¿o sí?”

​

Ciertamente, Housen tenía un punto aquí.

​

En un nivel fundamental, la propuesta de Horikita estaba basada en la premisa de que nuestras clases se apoyarían entre sí. Sin embargo, nosotros éramos quienes realmente necesitaban la ayuda en estos momentos. El trato solamente se volvería equitativo una vez que la Clase 1-D necesitase nuestra ayuda en algún punto del futuro.

​

Era una póliza de seguro, por así decirlo, y era muy probable que no pudieran hacer uso de ella.

​

“Ya veo. Bueno, ya que estás en ello, ¿qué tal si nos dices exactamente qué es lo que quieres? Sólo como referencia.”

​

“Entréganos un millón de puntos privados como garantía. Si alguna vez venimos llorando por su ayuda, con mucho gusto se los devolveré en su totalidad.”

​

La cantidad era bastante razonable comparado a cuánto nos costaría llegar a un acuerdo con las otras clases.

​

Sin embargo, ni nunca terminasen haciendo uso de esa póliza de seguro, esencialmente habrían obtenido un millón de puntos gratis.

​

En pocas palabras, hasta el último punto terminaría directamente en el bolsillo de Housen.

​

“Si esta mierda de relación de confianza suya realmente es tan importante, ¿entonces cuál es el gran problema?”

​

Si realmente terminasen necesitando nuestra ayuda en un futuro, entonces el depósito definitivamente encontraría su camino de vuelta a nosotros en algún punto.

​

“Si les preocupa, ¿qué tal si se los pongo por escrito?”

​

Si bien la escuela reconocería y haría valer un contrato escrito, eso estaba basado en la premisa de que Housen en realidad nos pediría ayuda en primer lugar.

​

Existía la posibilidad de que recurriría a usarla si se encontrase en riesgo de ser expulsado, pero no parecía muy probable que renunciase a tantos puntos sólo para ayudar a sus compañeros de clase.

​

En otras palabras, sería mucho más peligroso que simplemente entregar algunos puntos y firmar un contrato.

​

Housen no solamente era un musclehead engreído. Había hecho su movimiento con la mayor habilidad y precisión.

​

Un oponente calculador y formidable, al igual que Ryuuen.

​

“Es verdad que lo que estás diciendo no es completamente irracional. Con eso dicho, aun así no puedo aceptar tus términos.”

​

“¿En serio? Qué lástima. Me esforcé por mostrarles una salida de todo esto, y aun así estás haciendo la mierda aún más difícil.”

​

“En efecto.”

​

No parecía como que Horikita tuviera la intención de comprometerse si eso significaba llenarle los bolsillos a Housen. Pero a como las cosas iban transcurriendo, parecía que podríamos terminar teniendo que dejar que nuestras parejas se decidieran al azar. En cuyo caso, no tendríamos más opción que hacer que nuestros compañeros con bajos puntajes en Habilidad Académica huyesen a otras clases, incluso si eso significaba desembolsar los fondos necesarios para hacerlo.

​

“¡Ja!”

​

Después de forzar una pequeña risa, Housen se inclinó hacia adelante desde su encorvada posición en el sofá por primera vez desde que se sentó.

​

Y luego, se acercó a Horikita y agarró el cuello de su camisa.

​

El primero en reaccionar a esto fue Sudou, quien había estado vigilando atentamente desde su costado.

​

Con una furiosa mirada en sus ojos, agarró el brazo del musculoso estudiante de primer año.

​

“Oye, bastardo… No levantes tu mano contra una chica.”

​

“Oho, ¿con que el mayor retrasado ha tomado el protagonismo al fin?”

​

“Tranquilízate, Sudou-kun.”

​

“¡Pero—!”

​

“Nada de peros. Las negociaciones aún no han terminado.”

​

Si bien parecía que las negociaciones se habían quebrado, Housen aún no lo había estipulado por sí mismo.

​

“Tienes unos ojos llenos de confianza. ¿Realmente crees que no le daría una paliza a una chica? ¿O tal vez estás intentando abusar del hecho de que eres una perra humilde para derrotarme?”

​

“Vaya cosa más inapropiada de decir en estos tiempos. ¿Qué tal si dejas la misoginia a un lado y así evitas que las mujeres de todo el mundo se vuelvan en tu contra?”

​

“Bueno, ¿entonces qué tal si te doy una mejor opción? Si puedes derrotarme en una pelea, aceptaré tu propuesta. ¿Qué tal eso?”

​

Con eso, Housen nos presentó una propuesta bastante infantil.

​

Sudou: “¿Qué tal si te tomo la palabra en ello? ¿Tienes algún problema?”

​

“Puedes ser tú, ese chico de aspecto aburrido Ayanokouji, o incluso esta perra. A la mierda, ¿por qué no ustedes tres al mismo tiempo?”

​

Housen habló con descaro.

​

“¿Está bien, verdad Suzune? Si gano, habremos terminado con esta mierda. Además, realmente, ya estoy harto de este bastardo.”

​

Sudou estaba alcanzando los límites de su paciencia con Housen, cuya mano aún estaba agarrando el cuello de la camisa de Horikita.

​

“Decidir el resultado de esta negociación con una pelea en bastante absurdo. Incluso si esa es la única carta que nos queda para jugar, aun así no deberíamos aceptar.”

​

“¿Por qué no? Aquel bastardo ya dijo que le parece bien, yo no le veo problema.”

​

Ignorando las objeciones de Sudou, Horikita puso sus pensamientos en palabras con calma.

​

“Realmente creía que eras un poco más inteligente que esto, Housen-kun. No hace mucho tiempo, en aquel momento cuando te apareciste en el pasillo de las aulas del segundo año, las cosas que dijiste me dieron la impresión de que querías que nuestras clases trabajaran juntas. Sentí lo mismo. Sentí que sería maravilloso que pudiésemos cooperar como estudiantes de la Clase D.”

​

“Bueno, podría haber dicho algo como eso.”

​

“Pero— parece que sólo fue un malentendido de mi parte. Realmente no pensabas eso en lo absoluto.”

​

Horikita cerró sus ojos por un momento y se tranquilizó antes de continuar.

​

“Esta discusión ha terminado.”

​

A final de cuentas, no fue Housen quien terminó cancelando las negociaciones, sino la propia Horikita.

​

En el momento en que esas palabras cruzaron sus labios, leves rastros de enfado se asomaron a través de la anteriormente despreocupada expresión de Housen.

​

Luego, Housen liberó su agarre de la camisa de Horikita, y al ver esto, Sudou se tragó su ira, soltando el brazo de Housen, y comenzó a tomar asiento de nuevo.

​

Pero en menos de una fracción de segundo—

​

¡Splash! Gotas de aguas esparcidas por toda la sala de Karaoke.

​

Housen había cogido su vaso de agua y lo había salpicado en la cara de Horikita.

​

Probablemente no había manera de que Horikita pudiera haberlo visto venir antes de que ocurriera.

​

Pero, antes de que ella pudiera decir algo, Sudou ya estaba sobre la mesa, a sólo unos momentos de abalanzarse sobre Housen.

​

“¡¡¡Hijo de puta!!!”

​

Sudou ya había hecho todo lo posible para controlar su temperamento antes de esto, pero finalmente perdió todo sentido de racionalidad debido a lo que había ocurrido.

​

Nadie podía culparlo por perder la calma, después de todo, la chica que le gustaba había sido humillada justo ante sus ojos.

​

Housen, por otra parte, permaneció tan engreído y despectivo como siempre.

​

“¡Detente!”

​

Mientras Sudou se acercaba a Housen, gritando de rabia, Horikita gritó con una voz severa, llevándolo a detenerse.

​

Si hubiese gritado un solo segundo después, el puño de Sudou hubiese golpeado directamente la mejilla de Housen.

​

“Sudou-kun… No caigas en su trampa tan descuidadamente.”

​

“¡Lo sé, demonios, pero aun así!”

​

Horikita miró fijamente a Housen sin siquiera molestarse en secar su cabello.

​

“Si estás tan disgustado con el hecho de que las negociaciones se hayan cancelado, entonces tal vez deberías haberte comportado un poco mejor.”

​

Horikita había querido establecer una relación cooperativa con Housen sin importar el costo.

​

Y aun así, llegados a este punto, incluso ella entendió la inutilidad de continuar discutiendo.

​

Después de un breve intercambio de miradas entre ellos dos, Horikita se giró y apartó la mirada, como si dijera que ya había visto todo lo que necesitaba ver.

​

“Vámonos.”

​

“¿E-en serio?”

​

Aunque Sudou estaba frustrado, le preguntó a Horikita nuevamente, sólo para asegurarse.

​

“¿Estás seguro, Housen-kun?”

​

Nanase le preguntó a Housen la misma pregunta casi al mismo tiempo.

​

“¿Sí?”

​

“Personalmente creo que deberíamos cooperar con Horikita-senpai.”

​

“¡Ja! Ellos fueron quienes lo cancelaron. ¿Quieres que los detenga?”

​

La discusión terminó sin que Housen dijera algo más, y así, ambas partes se separaron.

​

Discretamente le eché una mirada de reojo a Horikita. Después de todo, el fracaso de hoy indudablemente crearía muchos problemas de ahora en adelante.

​

Pero desde yo estaba parado, la expresión de Horikita no parecía desanimada en lo absoluto.

​

A juzgar por la mirada en su rostro, no parecía que esto hubiera terminado aún.

 

[1] Bueno, acá el autor hace una referencia histórica-cultural a un acontecimiento en la historia de Japón. No soy historiador ni nada por el estilo, pero para eso tenemos a Google-sama. Si quieres saber más al respecto, puedes consultar este enlace.

[2] Bigshot: Es una palabra a modo de jerga que se utiliza para referirse a una persona altamente influyente o importante. Una traducción al español podría ser ‘pez gordo’.

[3] Force someone’s hand: Hacer que alguien haga algo.

[4] Sí, con ‘H’. Es hojear de pasar las hojas rápidamente, no ‘ojear’ de echar un vistazo.

[5] Throw a bone: Intentar apaciguar o aplacar a alguien dándole algo trivial o de menor importancia o haciéndole un pequeño favor, en algunas ocasiones con tal de detener quejas/protestas.