Una vez que Horikita pagó nuestra cuenta, nosotros tres abandonamos el Karaoke juntos. Si bien parecía que este era el final de todo el calvario, Housen y Nanase nos seguían por detrás. Mientras caminábamos, Sudou ocasionalmente miraba por encima de su hombro para mirarlos amenazadoramente, pero no llegó tan lejos como para vociferar sus quejas ya que tenían la misma ruta de regreso.

​

Housen, habiéndose percatado de lo que Sudou estaba haciendo, nos gritó un tanto sospechosamente.

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“¡Esperen!”

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“No hay razón para que te esperemos. Ya terminamos de hablar.”

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Horikita le hizo oídos sordos, pero Housen no mostró señales de retroceder.

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Parecía que la apuesta ‘todo o nada’ de Horikita se estaba moviendo en la dirección correcta.

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“Bien, lo admito. Estabas en lo cierto Horikita. Ese día, fui para buscar reunirme con la Clase 2-D. Después de llegar a esta escuela, no me tomó mucho tiempo darme cuenta de que la Clase D era el grupo más débil de la escuela. En lugar de ser tratados como una broma por el resto de las clases, pensé que sería más rápido simplemente ir y trabajar con ustedes, ser compañeros de la Clase D y todo eso.”

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Parece que Housen efectivamente había estado mandándole señas a la Clase 2-D en ese entonces, justo como Horikita había predicho.

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Con eso dicho, si su objetivo había sido o no formar esa misma relación cooperativa e igualitaria con Horikita era un asunto completamente diferente.

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“¿Y?”

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“¿Y? ¿Segura de que no quieres seguir con la discusión? Tú y yo somos similares, incluso camaradas. Dos líderes que pensaron lo mismo.”

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“Mientras continúes manteniendo tus ridículas demandas, nada va a cambiar.”

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“¿Qué, realmente vas a entrar a ciegas? ¿Tomarás la penalización y dejarás que la mierda se decida al azar?”

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“Sí. Estoy completamente preparada para tomar la penalización si es necesario.”

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Aunque era ciertamente una posición dolorosa, no era algo que no pudiéramos superar.

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Gracias a los esfuerzos de Kushida y los demás, muchos de aquellos estudiantes con puntajes de D y E ya habían encontrado compañeros, casi garantizando su seguridad.

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“Ya veo. ¿Entonces qué tal si te propongo algo como esto?”

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Horikita no había aceptado reabrir las negociaciones, y aun así Housen comenzó a hablar por su cuenta.

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“Les ordenaré a los bastardos de mi clase que se emparejen con ustedes, así que entréguennos los puntos. 2 millones.”

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En lugar de ceder, Housen forzó la discusión de nuevo y subió el precio aún más.

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“¿Dos millones? Parece que finalmente te has vuelto loco, ¿eh?”

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“Eres libre de decir lo que quieras, pero esta es tu única manera de asegurarte de que ninguno de ustedes repruebe. La mayoría de los estudiantes de las otras clases ya encontró pareja. No obtendrás una mierda siendo tan tacaña. ¿O tal vez realmente quieres que te aplaste?”

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Llegados a este punto, llegamos al cruce de los dos caminos para los dormitorios de primer y segundo año.

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Horikita se detuvo antes de darse la vuelta para responderle.

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“¿Aplastarme? ¿Y cómo planeas hacerlo? ¿Intencionalmente bajando sus puntajes? No serían tan valientes como para hacer eso. No podrían. Después de todo, tienen que acoplarse a las reglas, al igual que todos los demás. Con eso dicho, todo lo que mis compañeros de clase y yo debemos hacer es enfocarnos en asegurar al menos 501 puntos sin importar las combinaciones aleatorias que terminen sucediendo.”

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“No hay necesidad de hacer algo tan complicado. Te aplastaré con esta cosa de aquí.”

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Con una audaz sonrisa, Housen levantó su puño.

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“¿Arreglarlo con violencia, huh? Las personas como tú son dime a dozen[1], por lo que parece.”

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“Me importa una mierda lo que pienses. Así es como yo hago las cosas.”

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“Qué bien. En ese caso, parece que nunca más podremos vernos cara a cara."

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Con eso, Horikita comenzó a caminar una vez más.

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No parecía que tuviese la intención de echarse atrás.

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O, tal vez debería decir que no podía permitirse el lujo de mostrar debilidad ante un oponente como Housen.

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Si lo hiciera, nunca más sería tratada como igual.

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“Espera.”

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“¿Ahora qué?”

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“Lo entiendo. Pensaré en lo que has dicho.”

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En el último momento posible, Housen dijo algo que yo no había esperado que dijera.

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“¿Qué estás intentando decir?”

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“Intentar mantener la ventaja hasta el último momento, mierda como esa es sólo natural en una negociación, ¿verdad?”

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Con eso, Housen estaba diciendo que todo esto sólo había sido parte de su estrategia para intentar obligar a Horikita a ceder.

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“Entonces, en otras palabras, ¿estás aceptando entablar una relación completamente equitativa con nosotros?”

​

"Piensa en ello como que nuestra discusión se alargó a horas extras. Hay mucha gente mirando aquí, así que, ¿qué tal si vamos a otro lugar?"

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Eran alrededor de las 10PM en esta noche de domingo. Si bien la mayoría de estudiantes ya deberían estar en sus dormitorios para ahora, si alguien apareciera, definitivamente podría escuchar nuestra conversación.

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“Aun así, no podemos llevarlos a los dormitorios con nosotros.”

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Dado el toque de queda, ya no había ningún lugar lo suficientemente adecuado para continuar la discusión.

​

Sin embargo, el tiempo se estaba agotando y ninguna de las dos partes quería alargar esto más de lo necesario.

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“Donde sea está bien. Detrás de los dormitorios o en algún otro lugar, no me importa. No tomará mucho.”

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Housen rebosaba de confianza, por lo que Horikita no tenía razones como para rechazarlo.

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Después de todo, a pesar de haberlo rechazado en un inicio, hacer que Housen la siguiera de esta forma era exactamente lo que ella había estado esperando.

​

“…De acuerdo. Te daré 10 minutos.”

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“Entonces, por allá.”

​

Housen nos dirigió a los dormitorios de los de primer año, los cuales habían pertenecido a los estudiantes de tercer año el año pasado.

​

Y luego, dimos la vuelta al frente del edificio y nos dirigimos hacia la parte de atrás.

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Era un área silenciosa y oscura que no tenía ningún uso particular más que ser un lugar para tirar la basura, así que parecía seguro asumir que no nos encontraríamos a nadie dado lo tarde que era.

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“Entonces, continuemos con esto, ¿de acuerdo? Nuestras condiciones no han cambiado en lo absoluto. Eso te parece bien, ¿verdad?”

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“Bueno…”

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Gesticulando para resaltar su consideración, Housen se cruzó de brazos por un momento.

​

Poco después, descruzó sus brazos y extendió su mano derecha con tres dedos levantados en el aire.

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“Tres millones. Dennos eso y salvaré a tus retardados compañeros de clase sin escalas.”

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Todos los presentes, yo incluido, quedamos absolutamente atónitos debido a su ridícula propuesta.

​

“¿Qué demonios estás siquiera diciendo?”

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Fue completa y totalmente asombroso. Ni siquiera Horikita pudo evitar suspirar un par de veces.

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Se suponía que Housen estaba intentando salvar la discusión, no de subir el precio aún más.

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Parecía como si se hubiese ido más allá del ámbito del sentido común en este punto.

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“¿Estás jodidamente sorda, perra? Dije que nos entreguen tres millones, y resolveremos esta mierda.”

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“¿Qué, nos estás jodiendo? ¡Suzune ya te dijo que no vamos a desembolsar un solo punto!”

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“No estoy bromeando. Después de todo, me tomé todo el esfuerzo de darles un montón de oportunidades antes, ¿o no?”

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Habló como si hubiera sido él quien había organizado todo esto en primer lugar.

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“Intenté darte otra oportunidad, pero parece que fue un error después de todo..."

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La posibilidad de que Housen tomase una decisión directa había sido un rayo duradero de esperanza, pero al final, esa fe se había perdido.

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“¡Detente allí! ¿Realmente crees que puedes simplemente irte?”

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Housen golpeó ligeramente la pared a su costado con su puño, exhibiendo su intimidante actitud en pleno.

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“Oh, ¿entonces sólo porque estamos detrás de los dormitorios, quieres solucionar esto con uno de tus característicos arranques violentos, es eso? ¿Realmente crees que te vas a salir con la tuya?"

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“Por lo menos, les habré dado una paliza, hijos de puta. ¿Qué tal eso?”

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“Muy bien, haz lo que te plazca.”

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Sacudiendo la cabeza, Horikita comenzó a irse.

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Probablemente pensaba que Housen no llevaría las cosas a lo físico.

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Sin embargo—

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Nanase, quien había estado de pie a un lado, se dio vuelta y apartó la mirada.

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Casi como si hubiera previsto lo que iba a pasar a continuación.

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Housen había hecho su movimiento.

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“¡¡Suzune!!”

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Sudou gritó frenéticamente mientras corría hacia ella y la empujaba hacia atrás.

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El pie de Housen pasó rápidamente por el mismo lugar donde Horikita había estado de pie solo unos momentos antes.

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Y luego, sin más, el fornido estudiante de primer año procedió a cargar directamente contra ella.

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“¡¿?! Qué demon—“

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Llegados a este punto, Horikita finalmente se dio cuenta de que Housen iba en serio, pero su cuerpo estaba paralizado y no se movía como ella quería.

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Para protegerla, Sudou se abrió camino entre los dos, recibiendo el golpe con su cuerpo.

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“¡Guh!”

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“¡Jajaja! ¡Veamos qué tanto puedes aguantar!”

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“¡Adelante! ¡No tendré piedad contra un bastardo que ha levantado su mano contra Suzune!”

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Riendo felizmente, Housen lanzó un ataque a Sudou.

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Y, habiendo alcanzado el límite de su paciencia desde hace bastante tiempo, Sudou respondió en su totalidad.

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“¡¿Qué, qué demonios está pensando este chico…?!”

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Era comprensible que Horikita se sintiera atónita al contemplar el inicio de una pelea de verdad ante sus propios ojos.

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Sin importar qué tan poco monitoreada sea esta zona en verdad, aun así sería bastante problemático si los pillasen.

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Puede que no sea suficiente para una expulsión definitiva, pero la suspensión seguramente no estaría fuera de la mesa.

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“Horikita-senpai, ¿podría ser que, tal vez esta escuela es un poco diferente a como era antes?”

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Nanase, quien había estado observando este giro inexplicable de los acontecimientos con una mirada algo fría en su rostro, le hizo una pregunta a Horikita.

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“Así como ustedes, estudiantes de segundo año, están más familiarizados con los eventos del año pasado, nosotros, los estudiantes de primer año, tenemos una mayor comprensión de los sistemas actuales.”

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“¿A qué te refieres…?”

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“Poco después de la ceremonia de ingreso, varios representantes de primer año fueron citados a la sala del consejo estudiantil para recibir una explicación personal por parte del Presidente Nagumo. Él dijo que, a partir de este año, los estudiantes tendrían ciertas libertades para que la escuela fuese más meritocrática.”

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“¿Estás diciéndome que pelear es una de esas libertades?”

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“Yo no diría eso. Aunque, por lo que Housen-kun ha confirmado, el Presidente ha estipulado que una cierta cantidad de peleas internas entre los estudiantes es inevitable, y por lo tanto, prometió que no serían juzgadas tan duramente como en el pasado."

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A comparación del hermano mayor de Horikita, Nagumo tenía una mentalidad más tolerante cuando se trataba de peleas.

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Debido a que el consejo estudiantil actuaba como juez en las disputas entre los estudiantes, si fuese cierto que ahora toleraban cierto grado de peleas, entonces sería ciertamente difícil que esto condujera a un recurso adecuado.

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A medida que la conversación entre Horikita y Nanase progresaba, la pelea entre Sudou y Housen ya había comenzado a inclinarse en una dirección.

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“¡Oraaa!”

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Incluso en comparación con la fuerza naturalmente alta de Sudou y sus rápidos reflejos, los de Housen estaba en otro nivel, ya que procedió a arrojar a Sudou contra la pared.

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Luego Housen se acercó a él y lo agarró por el cuello de su camisa con ambas manos y lo levantó, haciendo que sus dos piernas flotasen en el aire.

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“¡B-bastardo!”

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Habiendo perdido el suelo en más de un sentido, Sudou realizó un intento desesperado por mostrar resistencia, pero dada su posición, no había mucho que pudiera hacer.

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Con su objetivo completamente inmovilizado, Housen comenzó a aplicar presión a su agarre, como si tratara de meterlo contra la propia pared.

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“¡Kh! ¡Hijo de perra!”

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Sudou se agarró a los brazos de Housen y, a pesar de su espacio limitado, le dio un golpe con la rodilla, haciendo que Housen se tambaleara ligeramente.

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Luego aprovechó la oportunidad para liberarse del agarre de Housen, sólo para que Housen conectase una patada directa momentos después. Si bien Sudou se había preparado para resistir el golpe, la propia fuerza de la misma lo envió a estrellarse directamente contra la pared.

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Ambos parecían estar en igualdad de condiciones antes de que la pelea comenzara, pero después de ver cómo había ido progresando, la diferencia entre ellos era considerable.

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Dado su tendencia de constantemente enemistarse con las demás personas, Sudou muy probablemente había estado involucrado en varias peleas antes de esto.

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Sus habilidades atléticas y su físico se habían perfeccionado a lo largo de sus años jugando baloncesto, así que probablemente nunca había conocido a alguien que pudiese estar a su altura.

 

Housen, sin embargo, era más excepcional aún. Comparado a Sudou, Housen probablemente se había involucrado en una incontable cantidad de peleas y se había enfrentado a un sinnúmero de otras situaciones peligrosas. La diferencia en experiencia estaba tan clara como la luz del día. Su enorme complexión y sus fuertes brazos se sentían fuera de lugar debido a que sólo había un año de diferencia entre ellos. Y aun así, a pesar de su enorme tamaño, era notablemente rápido. Su talento natural era ciertamente un espectáculo para la vista.

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Esta era la razón por la que Ryuuen de entre todas las personas se había abstenido de luchar contra él.

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Ryuuen sabía que él simplemente no era un oponente que pudiera ser derrotado en un combate cuerpo a cuerpo.

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Pero aun así, Sudou no caería tan fácilmente. Después de todo, su fuerza era casi incomparable de entre todos en nuestro año escolar. Sin embargo, eso simplemente significaba que sería el saco de boxeo de Housen hasta que cayera.

​

Housen procedió a desatar un implacable bombardeo de golpes sobre Sudou.

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Aunque Sudou quería provechar cualquier oportunidad para contraatacar, ya tenía las manos llenas deteniendo los ataques de Housen.

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Cada que intentaba pasar a la ofensiva, aunque sólo fuese levemente, llegaba otro golpe que atravesaba instantáneamente sus defensas.

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“¡Ninguno de nosotros tiene nada que ganar resolviendo las cosas de esta forma!”

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Horikita gritó, pero Housen no estaba escuchándola. En este punto, sería imposible detener a Housen solamente con palabras.

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Su voz, sin embargo, llegó a Sudou, quien miró en su dirección por una fracción de segundo.

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La voz de Horikita, la voz de la chica que tenía que proteger, de alguna manera encendió una llama dentro de él.

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“¡Graaaaaah!”

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Con la determinación de sacrificarse a sí mismo de ser necesario, se abalanzó sobre Housen y lo empujó lejos de la pared, tratando de derribarlo.

​

“Oho. Así que quieres intentar venir a mí con fuerza bruta, ¿eh?”

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Housen recibió el impacto del gran cuerpo de Sudou de frente, burlándose mientras agarraba el cuerpo de Sudou y lo levantaba nuevamente.

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“¡¿W-woaahh?!”

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Luego giró en un semicírculo antes de arrojar a Sudou y empujarlo con su mano izquierda, efectivamente intercambiando lugares con él.

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“¿Estar contra la pared fue demasiado para ti? Esto debería ser suficiente como desventaja, así que, ¡joder, hombre, levántate y ven a por mí!”

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“¡Deja de joderme!”

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Sudou rugió, con su motor marchando a toda velocidad.

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Se preparó para cargar contra Housen, completamente comprometido a tomar la delantera, pero antes de que pudiera—

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“Oye, Sudou, échale un vistazo al rostro de Horikita. Te está mirando con algo de fiereza, ¿ah?"

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Mientras hablaba, Housen abrió los puños y señaló a Horikita, quien estaba de pie detrás de Sudou.

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Justo cuando su pelea estaba llegando a su punto máximo, Housen bajó la guardia. En este punto, Sudou repentinamente se percató de que había perdido la calma y se había involucrado en una pelea. Preocupado por lo enfadada que Horikita debiera estar con él por haber roto su promesa, le dio la espalda al formidable enemigo que estaba delante de él.

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Por supuesto, no era como si Horikita estuviera complacida con que Sudou peleara.

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Sin embargo, su expresión no era de enfado, sino una de preocupación y angustia por no saber lo que tenía que hacer.

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Sólo podía gritarle, rogándole porque se diera la vuelta. Sólo podía observar mientras Sudou dejaba ver este fatal momento de descuido.

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Para cuando se dio cuenta de su error, ya era demasiado tarde.

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Con una diabólica sonrisa en su rostro, Housen estrelló su puño directamente en la mejilla de Sudou mientras aún estaba de espaldas.

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Un golpe mordaz que aparentemente había salido de la nada.

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Aunque Sudou era más que capaz de soportar un puñetazo, probablemente nunca había experimentado un golpe como éste nunca antes en su vida.

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Si fuese un estudiante ordinario sin ningún entrenamiento de cuello, entonces este puñetazo podría haber tenido consecuencias bastante graves.

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Se desplomó hacia atrás con tal fuerza que se deslizó por el suelo después de haber aterrizado, incapaz de siquiera intentar amortiguar la caída.

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“¡¿Guh—?!”

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Sudou gritó con una voz casi inaudible, casi desmayándose por el inicio del dolor.

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Aunque había estado ganando sin hacer uso de trucos turbios, Housen había elegido deliberadamente poner fin a esto mediante esta simple trampa en su lugar.

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Había querido herirlo, no sólo físicamente, sino mentalmente también. Sin embargo, no parecía que Sudou hubiese perdido el conocimiento, ya que se retorcía en el suelo en completa agonía.

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Después de haber presenciado todo lo que había visto hoy, me puse a reevaluar qué clase de persona Kazuomi Housen era realmente.

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¿Qué estaba pensando? ¿Qué estaba sintiendo? ¿Qué lo había hecho venir a las negociaciones en primer lugar? Horikita estaba en lo cierto cuando dijo que él había sonado como que quería que nuestras clases trabajaran juntas en aquel entonces cuando nos conocimos por primera vez. Además, incluso había admitido anteriormente que reconocía el valor de hacer que ambas Clases D trabajasen juntas. Hasta hace poco, había estado haciendo completo uso de su posición ventajosa con el fin de presionarnos, y eso no había sido exactamente un mal enfoque a tomar.

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Sin embargo, una vez que vio lo indispuesta que Horikita estaba a ceder, probablemente se dio cuenta de que su enfoque no iba a funcionar.

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Se había percatado de que, si nada cambiaba, Horikita dejaría de intentar trabajar juntos. Pero incluso en ese entonces, en lugar de buscar comprometerse, optó por incrementar la agresión, lo que eventualmente llevó a un comportamiento increíblemente beligerante.

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Le había arrojado agua a Horikita antes, y ahora había ido tan lejos como para forzar una confrontación con Sudou en serio.

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¿Cómo es que puede mantener una actitud tan arrogante y violenta cuando la suspensión y expulsión están en juego?

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Me había estado haciendo esta pregunta por bastante tiempo ya.

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¿Realmente creía que podía decidir todo solo con violencia?

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Eso tampoco parecía correcto. No parecía razonable pensar que él era tan estúpido.

​

En cuyo caso, ¿qué estaba buscando? ¿Qué demonios ganaba con forzar una pelea de esta manera?

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“Bien, parece que tu confiable guardaespaldas ahora está comiendo tierra. ¿Quién sigue?”

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Housen comenzó a acercarse, alternando su mirada entre Horikita y yo mientras lo hacía.

​

A pesar de que hace poco estaba luchando con Sudou, no tenía problemas para respirar en lo absoluto.

​

“¿R… realmente crees que nos someteremos a la violencia?”

​

“Si no lo hacen, les voy a dar una paliza, haré que lloren por un rato y les haré escribir un par de acuerdos. Y si se niegan a eso, entonces seguiré viniendo, persiguiéndolos hasta que ustedes, hijos de puta, estén muertos en el suelo.”

​

Sin importar qué tan tolerante la escuela pueda ser en cuanto a las peleas, aun así habría problemas si se iba demasiado lejos. Además, si la obligaba a firmar alguna clase de acuerdo escrito bajo estas circunstancias, no había manera de que se mantuviese en un futuro. También era posible que fingiésemos obedecerlo para salir de esta, pero probablemente Horikita no haría eso. Después de todo, ceder a la manera de hacer las cosas de Housen simplemente no era opción.

​

“…Que así sea. Seré yo quien te detenga entonces.”

​

Horikita endureció su determinación y adoptó una postura de lucha.

​

“Ohh, interesante. Si quieres derribarme, me encantaría tomarte la palabra.”

​

Probablemente Housen no esperaba que Horikita tuviese experiencia peleando o en artes marciales.

​

Pero tampoco era un oponente que caería en un truco barato como este, algo que Horikita no había logrado entender aún.

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Repentinamente, sin aviso previo, Housen extendió su brazo.

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Hábilmente, Horikita se deslizó fuera de su alcance, y procedió a dar un golpe de gracia dirigido a su mandíbula.

​

“¿Oh?”

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Sin embargo, antes de que el golpe pudiese conectar, Housen atrapó su frágil muñeca sin siquiera pestañear.

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“Maldita perra, ese fue un movimiento bastante bueno. Pero—“

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Housen levantó su otra mano en el aire y la bajó con fuerza, abofeteando a Horikita en el rostro.

​

Horikita intentó todo lo que pudo para esquivar o protegerse a sí misma, pero ante la abrumadora fuerza y poder de Housen, simplemente no había nada más que pudiera hacer más que recibir el golpe directamente. Su cuerpo se desplomó hacia el suelo, acolchándose mientras caía.

​

“¡S-Suzune!”

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Sudou gritó mientras intentaba con todas sus fuerzas ponerse de pie, sus dientes temblaban de dolor.

​

Pero sus piernas no se moverían a su voluntad, así que no podía ponerse de pie adecuadamente.

​

“Oye Horikita. Lleguemos a un jodido acuerdo de una vez.”

​

Horikita alzó la mirada para ver a Housen desde el suelo mientras el estudiante de primer año se acercaba a ella, expresando sus demandas.

​

“Cinco millones. Con eso, todos tus problemas se habrán esfumado. ¿Qué tal eso?”

​

El precio se había disparado aún más. Era tan alto, que de hecho, no podríamos pagarlo aunque quisiéramos.

​

“¿Q-qué clase de broma es esta…? Ayanokouji-kun… llama a alguien, llama a los profesores…”

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Probablemente la intervención adulta era la única manera de contener la situación en este punto.

​

Alternativamente, si una gran cantidad de personas fuesen a juntarse, incluso Housen no tendría más opción que frenar su puño.

​

“¿Así que a esto te has reducido…? Bueno, supongo que tiene sentido. ¿Pero estás segura de que quieres nark on me[2]? Aunque ninguno de ustedes dos hizo una mierda, ¿qué planean hacer respecto al hecho de que intentaron golpear también hijos de puta? ¿Realmente quieren ser suspendidos junto a mí?”

​

Incluso si apelábamos a que habíamos actuado en defensa propia, inevitablemente también enfrentaríamos algún tipo de repercusiones.

​

Con eso dicho, sería mucho mejor que interviniera un tercero que dejar que las cosas sigan así.

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“¡¡Tú hijo de puta!!”

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“¡Quédate en el suelo retrasado!”

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Nuevamente de pie, Sudou se abalanzó sobre Housen una vez más, sólo para ser pateado de vuelta al suelo sin piedad. Después de lo cual, el estudiante de primer año finalmente fijó su mirada sobre mí.

​

“¿Por cuánto tiempo más planeas seguir observando, hijo de puta?”

​

“H-huye…Ayanokouji…kun…”

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“¿Huir? Ni siquiera lo pienses. ¡Huye como un marica, y haré que estas dos putas sumisas experimenten un mundo de dolor!”

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Incluso ahora, continué pensando.

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¿Exactamente qué quería Housen con todo esto?

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¿Realmente estaba intentando que cumpliésemos demandas que no teníamos oportunidad alguna de aceptar?

​

No, eso era demasiado irrealista.

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“Horikita. Te daré una última oportunidad.”

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“¿…Última?”

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“Si te sometes a mí aquí y ahora mismo, y me entregas los puntos—dejaré a Ayanokouji vivir.”

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Con eso, Housen metió la mano en su bolsillo y sacó algo. Estaba bastante oscuro, así que por un momento era difícil decir qué era exactamente, pero una vez que reveló su puntiagudo borde, un brillo plateado resplandeció con la luz de la luna.

​

“¡¿Q-qué estas, eso es…?!”

​

“¿No te funcionan bien los ojos? Es un cuchillo, ¡simple y claro!”

​

Por la forma en la que la cuchilla brillaba, era claramente diferente de una de esas cuchillas de juguete retráctiles que se usaban a menudo para trucos de fiesta y cosas por el estilo.

​

“Si me rechazas de nuevo, apuñalaré a Ayanokouji con esto.”

​

“¡Deja de bromear!”

​

“No estoy bromeando. Con gusto apuñalaría a este punk si eso me lleva a poner las manos en esos puntos.”

​

Blandiendo el cuchillo en su mano derecha, Housen se giró lentamente hacia mí.

​

“Aun así, incluso después de todo esto no puedo entenderlo. ¿Qué hace a un punk como tú tan jodidamente especial?”

​

Con sus ojos mirando fijamente los míos, Housen habló, su voz mezclada con exasperación.

​

“¡A la mierda, tal vez ni siquiera tenía que hacer toda esta riesgosa mierda en primer lugar!”

​

Por la forma en que estaba hablando, parecía que la ridícula cadena de eventos que había orquestado hasta ahora se había hecho porque desconfiaba de algo. Estaba esperando algo.

​

Se acercó a mí, un paso a la vez.

​

Sin embargo, Nanase su propia compañera de clase, se interpuso entre nosotros dos, deteniéndolo en seco.

​

“¡Por favor, no sigas más! No puedo aprobar tus métodos después de todo… ¡No puedo!”